El concepto de curación espiritual parte de
la influencia de energías espirituales en el ser humano. La influencia de estas
energías es más grande de lo que la mayoría de los seres humanos cree.
El ser humano puede ser comparado con una batería. En la vida diaria todos
consumimos energía. Pero a menudo, ya no se toma nuevamente para sí la energía
vital necesaria. Así como una batería vacía ya no funciona, un cuerpo sin
fuerzas ya no puede cumplir con sus necesidades. Las consecuencias son fatiga,
nerviosismo, angustias de vida y por último enfermedad.
Sin embargo cada uno puede retomar nuevas energías. Creer en lo bueno así como
el deseo de curarse es la condición para ello. En todas partes, el ser humano
está rodeado de ondas curativas y él solamente tiene que captarlas.
No existe ninguna enfermedad incurable, lo que está confirmado por los Informes
de Éxitos verificados por médicos. Aquí, las curaciones pueden ocurrir solamente
por vía espiritual y no están vinculadas a la presencia material de un sanador
específico.
Para adquirir esta corriente curativa, la persona en busca de ayuda se sienta
con las manos abiertas, los brazos y las piernas no se deben cruzar para no
interrumpir el flujo de la corriente curativa. Pensar en la enfermedad y
preocuparse tienen un efecto contraproducente, pues actúan como obstáculo. Por
el contrario el pensar en algo bueno y bonito ayuda mucho.
Cuando la energía curativa fluye a través del cuerpo, llega a los órganos que
están cargados con la enfermedad y empieza allí a obrar limpiándolos. Por eso,
puede ser que se sientan dolores, que son una señal de que el cuerpo se está
limpiando. Según su esencia, la enfermedad no está de acuerdo con la voluntad de
Dios y será aniquilada paulatinamente. En algunos casos puede ocurrir también
espontáneamente. Para esto es necesario que el ser humano ya no piense en la
enfermedad sino que crea que para Dios no existe lo no incurable.
Para seguir sanos, los pacientes se sintonizan diariamente para recibir la
energía curativa. Un cuerpo sano es la base para una vida en armonía consigo
mismo, con sus prójimos y con la naturaleza.